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COMUNICADO
La Coordinadora de Entidades Extranjeras de Cooperación Internacional – COEECI1, se dirige al señor presidente de la república del Perú, Martín Vizcarra Cornejo, a las instancias a cargo de la respuesta a la emergencia, a la sociedad civil peruana; con referencia a las medidas para reducir la propagación del Coronavirus (COVID-19) en el Perú:
Saludamos el esfuerzo del Gobierno nacional y su accionar inmediato, mediante medidas drásticas dirigidas a reducir la dispersión del nuevo Coronavirus entre la población peruana, y de esta manera, salvar vidas humanas. Reconocemos que, dada la precariedad del sistema de salud, al Gobierno no le quedaba otra alternativa que imponer el excepcional estado de emergencia y severas restricciones a la libre movilidad. De esta manera, la población es llamada al sacrifico individual y familiar, absorbiendo la mayor parte del altísimo costo económico y social.
Remarcamos como positivo que el Gobierno haya priorizado salvar vidas humanas por encima de intereses económicos, y que haya destinado importantes recursos presupuestales para paliar el sufrimiento extremo de pacientes y de la población que está acatando la inamovilidad con gran espíritu de solidaridad.
Asimismo, somos conscientes que cada medida bien intencionada es perfectible, y apreciamos la voluntad del Gobierno para escuchar las voces de la sociedad y ocasionalmente enmendar sus decisiones. Recalcamos en ello la necesidad de garantizar el absoluto respeto a los derechos humanos y que las soluciones garanticen la protección y dignidad de las personas sin dejar a nadie atrás. Al respecto, diversas organizaciones de la sociedad civil (sindicales, agrarias, pueblos originarios, feministas, organismos de DDHH, iglesias) han analizado medidas y han publicado soluciones recomendadas que merecen ser tomadas en cuenta por las instancias gubernamentales a cargo de la respuesta a la pandemia, haciendo necesario que se tiendan puentes de comunicación con celeridad y generando las estructuras para diálogos sostenidos. En este contexto, nos preocupa que algunos gremios con gran poder económico empleen canales privilegiados para que sus soluciones parciales sean incorporadas en las medidas del Ejecutivo. A la vez, sectores poblacionales de gran vulnerabilidad tienen una escasa visibilidad y atención a su situación, muchas veces marcada por la urgencia impostergable. En situaciones extremas como la presente, las soluciones no pueden regirse por primacía de las reglas del mercado, ni deben sesgarse a criterios sectoriales aislados y carentes de solidaridad. El sacrificio y colaboración de la ciudadanía debe ser reconocido y respondido con el recorte consciente de algunas situaciones de privilegio que no tienen cabida en una crisis de estas proporciones.
A pesar de los esfuerzos de respuesta inmediata, el COVID–19 está evidenciando las profundas desigualdades estructurales que tiene el Perú. La precariedad se hace presente en múltiples dimensiones: en el sistema sanitario, en la baja resiliencia económica de la mayoría de la ciudadanía, en las economías informales que obligan a vivir de día a día, y en la vulnerabilidad
especial de mujeres y niñas. Somos testigos de la odisea de las poblaciones migrantes a las ciudades que intentan volver a sus lugares de origen, y de la angustia de las comunidades andinas y amazónicas que, sin acceso a cobertura de salud, buscan proteger sus territorios de la expansión de la epidemia.
Estamos viviendo un tiempo dramático que requiere respuestas que protejan a las personas más vulnerables, bajo liderazgo del sector público, y recogiendo la valiosa experiencia, capacidades y comunicación con la población que la sociedad civil puede aportar. Para ello, son indispensables el diálogo y los consensos colectivos, así como una cooperación y solidaridad global. Proyectamos que, una vez superada la etapa crítica de la dispersión del COVID-19, el Gobierno y la sociedad peruana, con el apoyo de la comunidad internacional, pongan sus mejores esfuerzos en afrontar y superar las deficiencias y desigualdades estructurales que han generado las precariedades que hoy nos dificultan las soluciones.
Lima, 16 de abril de 2020
Consejo Directivo
COEECI