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¿Qué dicen los jóvenes y por qué debemos escucharlos más?

Voces de las juventudes sobre la migración, la agricultura y la comercialización.

El proyecto SAMA ha venido desplegando denodados esfuerzos para identificar a jóvenes de Aija, o con raíces de la zona, para conocer sus inquietudes y preocupaciones, con la finalidad de analizar las dimensiones sociales y económicas que llevan a los jóvenes a migrar del campo y las perspectivas para mantener un vínculo campo-ciudad. En ese marco, el proyecto realizó en la ciudad de Huaraz, el 1 y 2 de marzo del presente año, el encuentro de jóvenes “Perspectivas juveniles sobre la migración, la agricultura y la comercialización” donde participaron 58 jóvenes provenientes de Ancash (Aija y Huaraz), Arequipa, Pucallpa, Puno, Ayacucho, Amazonas, Lima región y Trujillo.

El objetivo de dicho evento fue reflexionar sobre la relación de los jóvenes y sus lugares de origen o de sus familiares y qué vínculos se mantienen ante su desplazamiento a la ciudad, así como sobre cómo se pueden reforzar dichos vínculos a través del desarrollo de actividades económicas atractivas. De igual forma, escuchar sobre sus motivaciones y preocupaciones con relación a la migración, la agricultura (agroecología) y la conexión con sus raíces, y la identificación de experiencias enriquecedoras que promuevan la comercialización de productos agroecológicos.

(Foto: Trabajo grupal).

El encuentro fue liderado por Slow Food en Perú, coparte de Eclosio, y se hicieron presentes organizaciones como la representante de la Secretaría Nacional de Juventudes del Perú y aquellas que trabajan directa o indirectamente con jóvenes de varias zonas del país, como ANPE, YPARD y Alsakuy, o grupos de estudiantes como el Grupo de Alumnos Voluntarios de la Universidad Nacional Agraria La Molina o el grupo de estudios del curso de geografía de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

(Foto: Antonio Abendaño explicando la producción agroecológica en su finca en Pariacoto).

En este espacio, además de una salida de campo inspiradora, tuvieron lugar reflexiones profundas alrededor de las complejidades de la movilidad de los jóvenes del campo a la ciudad y viceversa, como la propuesta por Gabriela Rengifo en la presentación de los resultados del estudio Trayectorias de juventudes en el continuo rural-urbano: tránsitos en educación, trabajo y participación, o sobre el potencial que representan para la agroecología, presentado por Eliana Antezana de YPARD.

“Los jóvenes del ámbito rural desde muy temprana edad tienen que valerse por sí mismos viviendo solos cuando migran a otras ciudades a diferencia de los jóvenes en los espacios urbanos… A medida que pasan de la primaria hasta los estudios superiores universitarios, la permanencia en el espacio rural va decayendo”. Gabriela Rengifo, 30 años.

Estas complejidades responden a múltiples factores como las condiciones paupérrimas de la educación, los servicios de salud y protección social en la zona rural, y a la desvalorización generalizada del campo, relacionada al racismo y a la discriminación.

“La sociedad te hace sentir avergonzado de tu raza, de tu condición, de tus actividades, especialmente del campo… Te enseñan que la vida en el campo no está bien”. Augusto, 28 años.

“Todos los privilegios están en la ciudad, todo es Lima. No hay salud, la educación está mal, en el campo todo es precario”. Noemí, 21 años.

Ante este contexto, los jóvenes debatieron sobre qué oportunidades ofrece el campo y cómo ellos podrían contribuir a cambiar sus realidades adversas. Así, los emprendimientos de jóvenes rurales se erigen como alternativas atractivas, sólidas y reales, a este respecto, se compartieron experiencias de jóvenes emprendedores de Macashca y Pariacoto en Ancash, Amazonas, Ayacucho y Lima.

(Foto: Mercedes Abendaño y David De la Cruz presentando sus emprendimientos).

El encuentro evidenció, asimismo, el espíritu perseverante e inspirador de los jóvenes, que, a pesar de sus preocupaciones sobre su futuro, sobre su trabajo y en un contexto de crisis, aún apuestan por tomar riesgos y trabajar por sus comunidades.

“Contribuir a un Perú más sostenible en la agroecología, contribuir a la seguridad alimentaria. Mejorar y ayudar a mi comunidad”. Mensaje de un papelógrafo sobre sus motivaciones.

Es necesario seguir dialogando sobre los jóvenes y con los jóvenes, abriendo espacios donde puedan expresarse, haciendo que sus voces lleguen a más personas, especialmente a aquellos que tienen en sus manos las riendas de sus distritos, provincias, regiones, y claro, del país.