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En 1995, SOS Faim entabló una primera colaboración con la cooperativa La Florida en la Selva Central, un bosque semitropical del centro de Perú. Esta cooperativa de pequeños productores de café salía de una grave crisis tras la importante presencia del movimiento Sendero Luminoso en la región: varios dirigentes fueron asesinados y las infraestructuras destruidas. En fase de redinamización, la cooperativa buscaba una garantía para obtener un crédito ante un banco local para cosechar la producción de sus miembros y comercializarla de forma agrupada.
Hace, pues, 20 años que SOS Faim apoya al sector organizado de productores de café y seguidamente de cacao en Perú. Dos decenios, tiempo para un balance de contrastes como se va a descubrir a continuación… porque desde hace algunos años, y pese a ciertas cifras alentadoras, el sector atraviesa una nueva crisis.
Contexto del café y del cacao
En Perú, el sector agrícola contribuye relativamente de forma débil a la riqueza nacional, ya que no representa más que el 6,1% del Producto Interior Bruto. Una de las principales razones es la débil productividad del trabajo: un productor agrícola contribuye al PIB en alrededor de 4.000 soles por año mientras que la media nacional es de 15.000 soles. Existe pues un potencial importante de mejora para el 24% de la población económicamente activa empleada en la agricultura en 2014, siendo 3,3 millones de personas, cuyo 83% se integra en la agricultura familiar. Incluso si esta cifra está a la baja (se elevaba hasta el
33% y 4,72 millones de personas en 2004), la agricultura sigue siendo el sector que más empleo crea en Perú. Cabe notar que la disminución viene dada particularmente por los jóvenes entre 20 y 30 años, ya que su población económicamente activa (PEA) agrícola pasa en ese tiempo de 22% al 15%.
Una evolución significativa y positiva de los últimos 20 años es la contribución de la agricultura a las exportaciones nacionales: este fenómeno se acentúa a partir de finales de los años 2000 para llegar a representar el 20% del total a partir de 2011. Este crecimiento ha sido favorecido por un contexto de aumento de los precios de los productos agrícolas “insignia” del Perú (café, cacao, espárragos, aguacates, mangos, brócolis…).