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“Hay una urgente necesidad de discutir abiertamente la política de desarrollo energético nacional a fin de garantizar una estrategia integral que contribuya al crecimiento económico, pero bajo un estricto marco de sostenibilidad. Sobre todo, en escenarios tan valiosos y sensibles como la Amazonía” comenta el biólogo Aldo Soto, Especialista en Amazonía y temas energéticos de WWF Perú.
Justamente en esa línea, en julio se realizó el Seminario Internacional Lecciones Regionales sobre Proyectos Hidroeléctricos. El evento, organizado por el Colectivo Hidroeléctricas y Amazonía (integrado por WWF), reunió a especialistas sudamericanos para analizar el actual contexto energético nacional y los planes para el desarrollo hidroeléctrico en la Amazonía, con miras a recoger lecciones de experiencias como la Represa Hidroeléctrica Yaciretá en Paraguay y la Represa Hidroeléctrica Belo Monte, en Brasil.
En años recientes, el Perú se ha convertido en uno de los países latinoamericanos más promisorios y atractivos para la inversión. La industria y el comercio vienen experimentando un crecimiento acelerado, y, precisamente, uno de los principales motores para continuar en ruta hacia un mayor desarrollo económico nacional es la generación y uso responsable de energía.
En ese contexto, el debate actual se centra en los planes del Estado peruano para impulsar una serie de proyectos hidroenergéticos en diferentes regiones de la Amazonía, lo que implica la construcción de grandes centrales hidroeléctricas (represas), que impactarían de manera directa en la vida de comunidades indígenas ahí asentadas. Más aún, los más de 100 000 km de ríos y arroyos que recorren la Amazonía conforman su sistema vascular, por lo que hay que considerar que no se puede alterar drásticamente su flujo sin afectar significativamente el pulso que da vida al sistema en su conjunto.
“Antes de decidir si se llevan a cabo estos proyectos o no, es necesario que como país contemos con una estrategia energética integral que nos permita conocer el potencial que tenemos para satisfacer nuestra demanda en los próximos años, sin comprometer espacios de gran diversidad cultural y ambiental como la Amazonía” señala Soto.
Mediante la firma del acuerdo energético Perú – Brasil en el año 2010 el Gobierno Peruano se comprometió a facilitar la promoción de estas hidroeléctricas en la Amazonía peruana y a exportar la energía a Brasil. Sin embargo, no se ha considerado el realizar los estudios técnicos necesarios, y a la fecha no se cuenta con una política ni estrategia energética nacional que haya sido discutida ampliamente con las partes interesadas.
Una de las zonas que serían afectadas por dicho acuerdo es el Pongo de Pakitzapango, en el río Ene, ubicado en la Amazonía central del Perú. Este es un sitio considerado sagrado para la etnia asháninka, cuya población en la zona supera los 10 mil habitantes, quienes ya antes han sufrido el desplazamiento forzado a causa del terrorismo en la década del 90.
En ese sentido, Ruth Buendía, Presidenta de la Central Ashaninka del Río Ene, solicitó se incluya a sus pueblos en la toma de decisiones que los afectan. “Nosotros no estamos en contra del desarrollo, sino más bien buscamos un desarrollo sostenible pensando en el futuro de nuestros hijos. Somos el pueblo, por lo que el Estado debería de consultarnos, ya que sabemos de las costumbres y tradiciones de este lugar” señaló.
Además de promover un diálogo abierto que incorpore a los actores afectados en los procesos de toma de decisiones, WWF está impulsando activamente un Sistema de Soporte a la Toma de Decisiones basado en ciencia, que busca facilitar un debate informado y orientar las mejores decisiones posibles para asegurar que las necesarias consideraciones ambientales y sociales sean incluidas en los planes de desarrollo para la Amazonía.
Fuente: www.peru.panda.org