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ECONOMIA VERDE: Nuevos retos y desafíos en desarrollo económico para Huánuco

Mosclis L. Vela Cárdenas
Economista
Especialista en Desarrollo Rural
Director Ejecutivo de la ONG Islas de Paz Perú
Docente Universitario

Es importante partir del entendimiento que el desarrollo de un territorio, demanda la participación de los actores que intervienen en su jurisdicción y de la influencia de manera directa o indirecta de los diferentes escenarios y tendencias que se presentan en el entorno; con mayor razón, cuando tenemos una economía globalizada en un contexto cambiante, donde los cambios, tecnológicos, sociales, culturales, económicos y competitivos que se dan dentro del contexto dinámico e incierto, generan veloces cambios que sufren las sociedades, los mercados, las tecnologías, el mundo de los negocios y el medioambiente.

Los riesgos externos que se presentan

En este marco, los escenarios y tendencias de riesgo externo que podrían afectar a la economía peruana y por ende a la de Huánuco, principalmente descansan en (1) Presencia de presiones inflacionarias, (2) Limitaciones para medidas de impulso fiscal, (3) Presencia de catástrofes climatológicas, (4) Escenarios de estrés financiero en bancos regionales, (5) Contexto de tensiones geopolíticas y (6) Mayor desaceleración de la actividad económica en China (Marco Macroeconómico Multianual MMM 2024 – 2027 – Ministerio de Economía y Finanzas – MEF). Analizaremos algunos estos.

El cambio climático está dando como resultado fenómenos naturales más frecuentes y severos, dando como resultado la exacerbación de la pobreza extrema y la desigualdad. Los efectos de este contexto reducen la productividad agrícola, elevan los precios de los alimentos y agravan la inseguridad alimentaria y del agua en las economías emergentes, como el Perú. Es decir, la agricultura está siendo la más afectada y tiene su repercusión negativa en la economía y en las condiciones de vida de la población más vulnerable del departamento de Huánuco, ya que se sostiene en esta actividad.

Asimismo, en más de las tres cuartas partes de las economías emergentes del mundo, las posiciones fiscales han empeorado desde el inicio de la pandemia. El aumento de los costos del servicio de la deuda, dado el alza de las tasas de interés, elevó el riesgo de sobreendeudamiento, y ello dificultará el rol de los gobiernos de los países emergentes (caso Perú), para impulsar programas de desarrollo, porque nos dedicaremos a pagar deuda. Esto se puede notar, en el presupuesto nacional, que cada vez se asigna menos fondos para potenciar y dinamizar actividades clave, como la agricultura, tal como se evidencia en el 2024, que dentro de sus prioridades considera medidas de apoyo, transferencias, implementación de servicios de alimentación complementaria y la atención oportuna ante la ocurrencia de desastres naturales que alivien la situación de los más afectados, a través de asistencia directa.

A nivel nacional, el presupuesto para la agricultura representa menos del 3% S/ 7,107 millones (si bien hay un ligero incremento respecto al 2023, pero aún es insignificante en relación al total S/. 240, 806 millones). A nivel del departamento de Huánuco, para el presente año, se cuenta con un presupuesto S/ 3,835 millones (cerca del 50% será manejado por el Gobierno Regional) de los cuales, es evidente la insignificancia del presupuesto para agricultura, ya que forma parte  del rubro de otros. (Fuente: Ley N° 31953 del Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2024 – MEF). Frente a este escenario, la recaudación de ingresos será un gran desafío para las economías emergentes.

Por otro lado, según el documento “Perú 2050: tendencias nacionales con el impacto de la COVID-19” (Centro Nacional de Planeamiento Estratégico de Perú – CEPLAN), que muestra el análisis de las trayectorias históricas de 81 variables que determinan la condición de vida de la sociedad, y que por ser lo suficientemente estables para ser extrapoladas al futuro (mediano y

largo plazo), se convierten en potenciales impulsores del cambio en un horizonte de tiempo determinado; entre las principales tendencias, se resalta el crecimiento exponencial de los “Jóvenes NiNis”, aquellos que no estudian, ni trabajan en el mundo, que ya está teniendo sus consecuencias económicas, sociales y ambientales, y que para el caso de Huánuco, se refleja en la desocupación de los jóvenes en la zonas rurales (por la poca o nula dinamización de la agricultura) con un incremento de la migración hacia las zonas urbanas, principalmente a la ciudad de Huánuco.

Otra tendencia importante, es el “Incremento progresivo del consumo de alimentos saludables”; esto, como consecuencia de la pandemia ocasionada por el COVID-19, lo que avisora una mayor demanda, una mayor exigencia a consumir alimentos sanos y que sin duda, nos plantea un reto grande para producir alimentos sanos, en medio de una crisis global de la agricultura que nos pone en agenda una crisis alimentaria mundial que cada vez se agudiza más.

Ventajas comparativas de Huánuco.

Frente a esto, también es importante resaltar que Huánuco cuenta un potencial de recursos naturales, que se expresa en la presencia de valles interandinos cuyas altitudes varían de los 2000 a 4500 msnm, que dan una gran la diversidad climática, biológica, cultural y productiva. Cuenta con una red hídrica de 03 cuencas hidrográficas (Huallaga, Marañón y Pachitea) con aproximadamente 91 ríos de diferentes tamaños y 298 lagunas, que forman una densa red hidrográfica, y 02 ciudades intermedias (Huánuco y Tingo María), entre otros. La combinación de estos factores constituye un activo importante para el desarrollo regional, particularmente en agricultura. Es así, que en la parte baja se benefician de un clima favorable, donde  se cultiva principalmente trigo y maíz, así como cultivos de frutas de clima templado; en la parte alta, se practican principalmente cultivos de tipo andino: papas[1], habas, quinua, olluco, etc. y que no están siendo explotadas en su real dimensión.

Actividad Económica “Locomotora” para el desarrollo de Huánuco.

Todo esto, da ha Huánuco, muchas oportunidades y ventajas para definir una actividad económica “locomotora”, que “jale” a los otros sectores para dinamizar la economía local y regional, enmarcado en el desarrollo económico, y esa, es LA AGRICULTURA, que podría parecer contradictorio frente a la crisis global que enfrenta, ya que la población rural se está dedicando cada vez menos a esta actividad, para dedicarse a otras más urbanas y que está generando un incremento de las migraciones del campo a la ciudad, con la cual ya van apareciendo más necesidades y la más grande será la disponibilidad de alimentos. Hoy en día, las grandes ciudades del mundo, están teniendo problemas de alimentos (en algún momento Huánuco también puede llegar a padecer), por lo que el 2023 fue catalogado por las Naciones Unidas como otro año de incertidumbre para los que luchan para alimentar a sus familias.

Con el impulso de la agricultura, se puede contrarrestar esta tendencia y dinamizar a los otros sectores, pero será necesario un cambio significativo de enfoque a lo que se vino haciendo en los últimos años. Casi siempre nos hemos preocupado en apoyar solamente la producción, la oferta, pero no, nos hemos preocupado del mercado, es decir producíamos bastante pero no sabíamos, dónde vender. Pero también en varias oportunidades el apoyo estuvo orientado a producir, lo que pide el mercado, pero no estábamos en condiciones de producir la cantidad y la calidad. Frente a este escenario, tenemos que repensar y reflexionar para hablar del impulso a la agricultura en el marco de un nuevo enfoque, un nuevo enfoque de sistema alimentario, es decir, de un sistema alimentario sostenible, que recoja y valore lo mejor de los recursos que tenemos, que cuide la salud, que conserve el medio ambiente y que dinamice la economía de las familias productoras y consumidoras, donde la agricultura sea la actividad central, para sumar y desprender a otras actividades.

Hacia un nuevo Sistema Alimentario Sostenible en Huánuco

Un sistema alimentario, está constituido por todas las fases que recorre el alimento, hasta llegar a la mesa y ahí se tiene producción, transformación, distribución y consumo. Es la producción, la que está vinculado directamente con la agricultura; la transformación, pude ser la agroindustria; la distribución, lo podemos vincular, a los servicios agrícolas, de comercialización y financieros; y el consumo, a la dinamización familiar relacionado a la alimentación. Pero para que esto sea sostenible, tenemos que cambiar muchas formas de producción, de comercialización y hábitos de consumo.

Es así, que sería importante:

  1. Teniendo en cuenta que la agricultura de Huánuco, descansa en la Agricultura familiar, que generalmente se práctica en parcelas menores a 5has (Zona Andina: Agricultura Familiar Sostenible à Subsistencia / Mercado Local; Valle del Pillco y aledaños: Agricultura Familiar – monocultivo à Convencional / Orgánico / Agroecológicos y Zona Tropical: Agricultura Familiar (monocultivo) – Convencional / Orgánico), y que representa el 71.9% de las unidades agropecuarias (INEI: Censo Agropecuario 2012), impulsarla con tecnologías adecuadas y accesibles, que recuperen, valoren y capitalicen prácticas ancestrales y que conserven el medio ambiente, aprovechando la sabiduría y la cultura milenaria, así, como las ventajas, que nos ofrece la geografía y topografía del territorio huanuqueño, algo que se viene realizando desde la década de los 80, principalmente con un trabajo muy limitado desde las ONG, pero también, ya existen algunas experiencias desde algunos gobiernos locales que vienen desarrollando un trabajo importante, pero aún es incipiente.
  2. Potenciar el mercado local de los alimentos, centrado en la demanda, con la mejora de los hábitos de consumo, en la que prevalezca la calidad centrado en el contenido y la procedencia del alimento, y no solamente en la apariencia, así, como en la valoración de los productos frescos, producidos con prácticas amigables con el medio ambiente y puesto a disposición de los consumidores, sin mayor traslado y recorrido (menos huella de carbono), es decir, comercializados, a través de circuitos cortos.
  3. Impulsar los servicios de asistencia técnica, capacitación, dotación de insumos y materiales, construcción de infraestructura productiva, créditos financieros, así, como de comercialización de productos frescos y transformados desde el sector público y privado, para dar soporte al sistema alimentario sostenible.
  4. Promover negocios sostenibles de alimentos, a partir de emprendimientos rurales o de aquellos que tienen como materia prima o insumos productos agropecuarios, donde el sector privado juegue un rol clave, para complementar y dar soporte al sistema alimentario.
  5. Fomentar la investigación e innovación en el campo económico – productivo para mejorar y hacer versátil la provisión de alimentos, considerando la cadena del sistema alimentario, lo cual se convierte en una oportunidad para proyectar la academia a la sociedad.

Todo esto, nos plantea retos y desafíos para repensar y reflexionar en un desarrollo económico a partir de los recursos endógenos con que cuenta Huánuco, sin perder de vista, los escenarios globales que se presentan y que vienen mostrando una tendencia alimentaria y sostenible. Especial reto se presenta para los economistas que tenemos una “deuda” con el desarrollo rural y con mayor razón con la agricultura, que es una ACTIVIDAD ECONOMICA de Huánuco.

[1] Se cuenta con un poco más de 1,000 variedades de papa, de los cuales aproximadamente 900 están registradas, y de ellas casi 600 son consumibles.