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Compartimos con ustedes los testimonios de 3 mujeres participantes de proyectos de ASPEm (miembro de COEECI), que se recogieron con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Tomado de: http://aspem.org/indexa.php?p=296&p1=80
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En el marco del mes conmemorativo por el Día Internacional de la Mujer, entrevistamos a tres mujeres involucradas en los proyectos de ASPEm «Promoviendo ciudadanía para una vida digna y saludable en Lomas de Carabayllo» y «Huaycán hacia el emprendimiento».
Nery, Mercedes y Margarita son un ejemplo de lo que significa celebrar de verdad, concretamente, este día, pero no solo en la fecha asignada, el 8 de marzo, sino cada día, con su forma de ser, de trabajar y, sobre todo, de no rendirse nunca, actuando como sujetos activos capaces de lograr cambios en sus realidades.
Les dejamos a sus palabras:
Nery y Mercedes viven en Lomas de Carabayllo, sus historias se conectan en 1999, fecha en la que llegan a vivir a esta comunidad. Nery tiene tres hijos y enfrenta sola el reto de criarlos y construir su propia casa. Mercedes vive con su familia y trabaja diariamente, como dice “hasta que la salud se lo permita”.
Para ellas, vivir en Lomas de Carabayllo fue difícil desde un comienzo, un lugar sin luz ni agua, escasamente poblado y sin un sistema organizado de transporte que les permitiese conectarse con otras partes de la ciudad. Es en este contexto donde ASPEm llega a la comunidad, principalmente para trabajar con las mujeres, buscando fortalecer sus capacidades de modo que puedan ejercer sus derechos para una vida digna y segura.
Nery y Mercedes coinciden en uno de los talleres promovidos por la organización, el taller de albañilería, donde llegaron según sus propias palabras “sin saber nada del tema”, pero interesadas en aprender a pesar de que consideraban esta labor como “un trabajo de hombres”.
Luego de participar en los diversos talleres promovidos por la organización, donde además de la capacitaciones técnicas recibieron talleres de fortalecimiento personal para el ejercicio de sus derechos individuales y colectivos, ellas reconocen sus capacidades y se embarcan en un camino de fortalecimiento personal para el ejercicio ciudadano. Entre sus planes se encuentra la formación de una empresa que rentabilice sus conocimientos adquiridos en los talleres.
Nery y Mercedes saben que ahora pueden generar cambios grandes a partir de ellas. Conscientes de esto, se han convertido en entusiastas promotoras del desarrollo de su comunidad. Ellas sueñan con una Lomas de Carabayllo con zonas verdes y una vida de comunidad más participativa. Entre sonrisas nos comentan sus planes y concluyen:
“No será facil, como no ha sido todo lo que hemos conseguido. Ha costado, pero sí se puede”
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“Mi nombre es Margarita Claros Retuerto, vivo hace 19 años en Huaycán, cuando mi hijito teníatres meses, llegamos a invadir esto. Antes, Huaycán era bien tranquilo, se podía caminar a las 12o 1 de la mañana, había mucho silencio… después sembraron mucho miedo, pero era mentira”, nos cuenta Margarita en su casa del sector I en Huaycán, dónde tiene su taller de confecciónde zapatos,“Cuando tú decías Yo vivo en Huaycán no te daban trabajo, la gente te marginaba, pensaban que acá había senderismo, ese era el problema, entonces nosotros no podíamos decirnada, calladito nomás”.
A pesar de las dificultades, Margarita desde muy pequeña mostró ese espíritu emprendedorde muchos peruanos y peruanas y su deseo de salir adelante. “Yo por mi parte, siempre hetenido “negocio”. A mí nunca me ha gustado trabajar de ama de casa. Desde chiquita he trabajadocon mi hermana, que tenía frutas, mi hermano tenía abarrote, el otro mi hermano vendía desayuno, ahí yo vendía caldo de gallina. Yo he llegado a Lima cuando tenía 11 años, de la serraníade Huacho. De todo he vendido, chicha, papel higiénico y nunca me he avergonzado nada”.
Cuando Margarita llegó a Huaycán su meta era vender caldo de gallina, porque con eso se ganaba, pero el problema es que no tenía capital. Acá conoció a su esposo, que era zapatero, “pero a él también lo habían estafado, trabajaba y no le pagaban… pero mi esposo, hábil, aprendió hacerde todocon los zapatos”. Yo le decía “¿Qué? ¿Tan poquito ganas?, ¿Con eso cómo vamos asobrevivir?”
Ella veía que él trabajaba y se esforzaba y un día le dijo “A ver ¿tú qué haces?” “Coso” me dijo, “Ah! Entonces vamos a coser”, yo iba a su trabajo a coser y ahí aprendí”. El esposo de Margarita trabajó bastante tiempo en la zapatería, después entró a trabajar en un hotel que era del mismo dueño, pero, por los horarios ya no se veían, se cruzaban cuando él estaba trabajando y ella se quedaba con sus hijos en casa.
“Así estuvimos un año, pero no podíamos continuar”, nos cuenta. “Yo tenía un ahorrito, quequería usarlo para mejorar mi casita, pero con eso ¿Qué íbamos a lograr? Nada, yo quería unfuturo para mis hijos, así que le dije a mi esposo “no, así no podemos estar.¿Tú que piensas, quéhacemos? Ah no sé, me dijo, piénsalo tú., entones le dije “Ah! Tu jefe te está explotando, entonceste voy a explotar yo”, “Cómo que me vas a explotar tú? Sí tú dime nomás, ¿qué se necesita parahacer zapatos? Y así empezamos, el negocio, primero con una cortadora”, nos cuenta Margarita,mientras sonríe al recordar la conversación con su esposo.
“Al principio hicimos cinco docenas y nadie nos compraba”, nos cuenta recordando sus iniciosdifíciles, y su esposo le decía “Yo te dije, que nos íbamos a morir de hambre”. Pero ella confiaba enque ibán a salir adelante. Una noche tuvo un sueño. Soñó que se iba a la parada y veía un mercadolleno de zapatos, pero rotos o con un solo par y pensó “Hoy es mi día” Y así fue. “Fui al Hueco aofertar mis zapatos y me los compraron, después me hicieron varios pedidos”. Pero nuevamente la dificultad se cruzó en su camino, después de varios pedidos, cerraron el hueco y la última entrega nunca se la pagaron, la compradora había desaparecido.
Margarita estaba preocupada y desesperada, pero nunca dejó de confiar en ella y en su fuerza emprendedora. Un día estaba en la puerta de su casa, barnizando sus zapatos cuando se leacercó un jovén representante del banco Edificar, le preguntó si los zapatos eran suyos, le pidióver su taller y le preguntó si no le interesaba un crédito. Margarita estaba sorprendida, ya habíaintentado antes conseguir un préstamo, pero siendo mujer, había encontrado muchas dificultades.
“Con el primer préstamos me dieron tres mil quinientos soles. Al comienzo yo dudaba quepudiéramos pagar el préstamo, pero yo confiaba, soy muy creyente, así que hablé con el señor,me quebrante, le pedí fuerzas y acepté. Fue difícil, hemos tenido momentos en que hemos debido la luz y el agua, nos hemos endeudado, pero yo puntual pagaba al banco eso era lo más importante. Y así crecimos, el segundo préstamo fue de nueve mil, de ahí fue aumentando, el último ha sido de treinta mil”, nos cuenta orgullosa.
En sólo 4 años su empresa de confección de zapatos “Claros” se ha convirtido de sueño en una realidad, y no sólo para Margarita y su familia, sino para otras personas a las que les da empleo. Con el aporte del proyecto “Huaycán hacia el emprendimiento” Margarita ha aprendido agestionar mejor su empresa, a aprovechar todo el material, a organizar mejor los espacios de sucasa y su taller, a hacer presupuestos, etc. También a través del proyecto ha logrado ser parte de la Cámara de Comercio de Huaycán, lo que le permite acceder a mejores oportunidades y mejorar su volumen de venta.
Margarita tiene ahora otro sueño “El próximo paso es exportar mis zapatos”. Sabe que con su esfeuerzo, perseverancia y una pequeña ayuda, lo va a lograr.